Los padrinos son representantes de la Iglesia y como tal, deben haber recibido los sacramentos de iniciación, bautismo, confirmación y la Eucaristía y ser un miembro practicante de una parroquia. Si no pertenecen a la parroquia de San José, deben presentar una carta de la parroquia a la que pertenecen y si están casados, la prueba de que están casados por la Iglesia Católica. Se permite tener un sólo padrino, pero debe ser un católico activo completamente iniciado en la Iglesia Católica.
¿Importa o no a quiénes elijas como padrinos de tus niños? ¡Por supuesto que sí!
Muchas veces a las personas les agrada invitar a sus mejores amigos o parientes favoritos a ser padrinos de sus hijos; lo hacen con buena intención, y este gesto se considera una forma de honrar a alguien. Por supuesto, que es lógico querer honrar a aquellas personas que estimamos, pero el Bautismo de su bebé tal vez no sea la mejor ocasión para demostrar esta clase de reconocimiento.
¿Le pediría a su mejor amigo que operara a su hijo del corazón? Por supuesto que no, a no ser que fuera un cirujano competente. Por lo tanto, si el papel de los padrinos es el de ayudar a los padres del bebé en la práctica de la fe católica, se sobrentiende que deben invitar a personas que, además de poseer esa clase de conocimiento, también sean practicantes, es decir, que es de suma importancia elegir padrinos que sepan encaminar bien a sus hijos, gracias al buen ejemplo que dan.
Ayudar a un niño a ser un buen católico constituye un compromiso importante; es, pues, de igual envergadura, escoger padrinos que demuestren su fe asistiendo a Misa los domingos al igual que de otras maneras, sobretodo en cuanto a la praxis de valores cristianos.
De ninguna manera se implica que los amigos o parientes no sean buenas personas; no es de dudar que en momentos claves ellos permanezcan a su lado para apoyarlos. Pero un maestro de matemáticas tal vez no sea un buen maestro de inglés, y un buen amigo o pariente quizás no sea el mejor modelo en cuanto a la práctica de la fe.
Si valoran su fe, elegirán a los mejores maestros para que los ayuden a transmitir esa fe a sus niños.
*Tomado de la Arquidiócesis de Santa Fe, Acuerdo de los padrinos, setiembre 2005