- Participación en dos procesos, un año para el Sacramento de la Reconciliación y Confesión y otro año para la Confirmación y la Eucaristía.
- Presente el certificado de bautismo del niño que está siendo registrado.
- Firme el pacto de acuerdo. Los padres también deben asistir a clases al mismo tiempo que sus hijos.
- Pague una cuota. La cuota se destina a ayudar a cubrir el costo de los materiales para las clases, como libros, películas y otros materiales.
- Cuotas de confirmación: Para los parroquianos, la cuota es de $110.00 para el primer niño y $60.00 para el segundo niño.
- Para aquellos que no son parroquianos de la Iglesia San José la tarifa es de $120.00 para el primer niño y $70.00 para el segundo niño.
- Las clases normalmente comienzan en el otoño y se completan en la primavera. Se llevan a cabo los miércoles por la noche y los domingos por la mañana.
Jesús les dice a sus discípulos: “dejen que los niños vengan a mí”. Desde el tiempo del Papa Pío X, la Iglesia ha permitido que los niños pequeños que han llegado a la edad de la razón reciban la Comunión. En nuestra Arquidiócesis, empezando hace 4 años, el arzobispo Aquila describió un proceso denominado la reordenación de los sacramentos. Hay tres sacramentos de iniciación Cristiana, es decir, cuando uno ha recibido los tres sacramentos, es miembro de la Iglesia Católica. Esos tres sacramentos son el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía. Durante los próximos años aquí en la Iglesia Católica San José, estaremos reduciendo la edad para la Confirmación y para el año 2020 los niños de segundo grado recibirán instrucción para la Confesión y harán su Primera Confesión al final del año escolar. Los niños de tercer grado que ya hayan completado el sacramento de la Confesión se prepararán para los sacramentos de Confirmación y Eucaristía que se celebrarán juntos en una misa, normalmente en la primavera. Esta orden señala que la Eucaristía y no la Confirmación es la finalización de la Iniciación Cristiana. También fortalece a los estudiantes y les da la gracia que necesitan para nuestro mundo complejo. Como señala un maestro, «La recepción de la gracia del Espíritu Santo a una edad más temprana les dará a los niños mayor valor y orientación para enfrentar las crecientes dificultades de vivir una vida cristiana».